Gracias, mamá.

Mariana Mariana
3 min readMay 10, 2020

--

Gracias por tus risas, tus abrazos y tus ocurrencias. Gracias por siempre atravesarte en mis videos con algún comentario inadecuado y por sacarme una que otra carcajada. Gracias, porque aunque no tengas idea de lo que pasará, siempre me das paz y tranquilidad.

Los tiempos cambian y hace unos días, o meses ya, la tranquilidad me la dabas al recostarme en tu regazo y con un poco de “piojito”. Ahora, la tranquilidad me la das con tu voz, con tu sonrisa y con tus ocurrencias por videollamada. Así, de lejos.

Recuerdo las noches en las que no podía dormir y me sentía más segura yendo a la sala a dormir cerca de ti y en donde a veces te ganaba el sillón grandote en donde te acostabas para ver la telecuando estabas con insomnio, y yo ya estaba lo suficientemente grande para ir con ustedes a la cama a dormir y quitarte por “estorbosa”, como lo hacía de niña y aún así me dejabas, ¿cómo podías?.

Tienes ese “algo”, ese algo que con nadie más puedo sentir, esa paz que me das cuando estoy preocupada o ansiosa, porque puedo estar queriendo disimular todo mi miedo y terror, pero tú ya lo detectase y ya lo espantaste para que se fuera. Gracias por eso.

Me has enseñado tantas cosas; desde que me enderece por andar de “jorobitas”, hasta el cómo van acomodadas las sábanas “con el dibujito para abajo” y así pueda verlos al taparme si tengo miedo, porque así me decías de pequeña. Y créeme, hasta la fecha tiendo la cama así y me acuerdo de ti cada vez que lo hago.

Gracias por todo y perdón por todo.

Te pido perdón por cada desvelada, cada noche en vela esperando a que llegara de la fiesta en ese sillón blanco con recargaderas de madera en dónde te recostabas a ver la tele, perdón por a veces no avisarte, perdón por tus ojeras, perdón porque que tú hayas tenido que cargar con esa incertidumbre cada fin de semana o cada que yo salía de noche y no sabías si iba a regresae. Perdón por las contestaciones groseras y por los momentos amargos que te pude haber hecho pasar con mi fuerte temperamento. Perdón por no entenderte, por no apreciar cada pequeño detalle que pensaste detenidamente para que no tuviera ninguna carencia de nada, y gracias de nuevo por enseñarme todo esto, por ayudarme a comprender todo ese gran y maravilloso esfuerzo que ha rendido frutos, ya que has hecho de mí, una mujer libre en sus decisiones, una mujer fuerte, una mujer que defiende lo que piensa y una mujer amorosa y empática, pero también ocurrente, y “piratona” como muchas personas me dicen.

Quiero abrazarte y besarte la frente para que me empujes con tu cabeza en señal de “quítate empalagosa”, y también quiero todo el amor y bienestar para ti, ahora son tiempos difíciles en donde también he recibido tu amor en muchas formas y te lo agradezco, porque cada detalle que has hecho o me has dicho, me ha dado paz, me ha dado tranquilidad.

Feliz día mamá, te amo mucho. Gracias por permitirme volar y ser yo misma, gracias por ser mi cómplice en todo.

--

--

Mariana Mariana

Norteña norteada, aquí desahogo lo que no puedo hablar en voz alta.