Transformando el dolor en arte

Mariana Mariana
6 min readNov 11, 2021

Quiero dejar esto plasmado aquí, para que la Mariana del futuro se sienta orgullosa de haberlo escrito.

Colaboré en el vídeo de #DONT de mi amiga Lavinia Ekaterina, bailando hula, y mientras escuchaba la canción, muchos recuerdos llegaron a mi mente. Desde la primera vez que la escuché, vi que sería algo complicado para mí y sólo dejé que fluyera todo.

Primero les paso esta canción para que escuchen el poderoso mensaje que Lavinia plasmó en esas letras.

La canción habla de las relaciones con dinámicas de violencia psicológica y cómo esas dinámicas poco a poco acaban con el brillo de una persona hasta arrastrarla a un círculo de violencia del que es muy difícil salir.

Foto: Karina Ruiz

Hablaré desde la experiencia. Yo permanecí en una relación violenta (porque las relaciones tóxicas no existen) durante 5 años y medio. Durante ese tiempo, viví una de las etapas más traumáticas de mi vida, porque no importaba lo que yo fuera, nunca era suficiente para él y eso en específico fue lo que siempre sentí durante esa relación: que no era suficiente para nadie y para nada, siempre sentía que me faltaba algo; ser más bonita, inteligente, culta.

Hubo cosas que aún me cuesta trabajo enunciar y enfrentar, que realmente sentí que fueron mi culpa o que por mi culpa había pasado yo todo ese tiempo y todas esas cosas ahí.

Todxs a mi alrededor veían que yo regresaba con él, pero nadie veía cómo él me convencía para que yo no me fuera de su vida, como constantemente me buscaba y cómo me llenaba de mensajes por todos los medios posibles.

Lo que muchos no ven, es que esas personas violentas han sido personas que hemos querido con toda el alma, y así, de ese tamaño te terminan lastimando, ya que lo único que pedía en ese momento, era tener una relación tranquila y desde el respeto.

El rogar que ese infierno se acabe, el rogar que ya no haya más dolor, y el no poder salir de ahí, es de las cosas más complicadas que existen.

Cuando yo le llegaba a insistir de que ya nos dejáramos en paz — llorando y con mi corazón en la mano —y una de las cosas que me hacía permanecer ahí era la imagen que se quedaba de mí ante él, porque yo estaba siendo “inmadura e intensa”, ya que él me lo repetía cada vez que intentaba bloquearlo o alejarme.

El tema de la madurez es muy subjetivo para todxs y nunca permitas que alguien mida tu madurez a través de sus experiencias, porque nadie sabe lo que has atravesado y cómo lo has atravesado, y al punto al que quiero llegar, es que muchas veces se utilizan esos mecanismos de manipulación, que atacan nuestra inseguridad y nos miden de tal manera que terminamos creyendo cosas que no son verdad.

El compararme con otras mujeres, el justificar las infidelidades cuando yo no quería tener sexo con él, el competir con otras mujeres (o hasta con sus propias amigas), el ser suficientemente inteligente, intelectual, hizo añicos mi mente.

Dejé de cuidarme, bajé de peso (lo más delgada que he estado en toda la vida), tuve pensamientos suicidas, ataques de pánico — que en el momento ni siquiera yo sabía que eso era lo que me pasaba— . Muchas cosas sucedieron dentro de la relación, hasta que un día decidí dejar todo eso atrás y lo corrí de mi casa a media noche.

Nada vale más que tu estabilidad emocional.

Hasta ahora no sé cómo pude hacerlo, o de dónde salió toda esa fuerza. Pero a lo que voy, es que esta canción me llegó al corazón, porque sentí que la bailé por mí y para mí, y después de eso, sólo me queda decir que estoy muy agradecida de las plataformas que hemos construido desde nosotras y para nosotras, dando un claro ejemplo de que las redes de apoyo nutren, impulsan y ayudan a salirnos de nuestra cabeza y así validar nuestras emociones.

Salir de la depresión, el camino más largo y difícil de todos.

Este proceso se aceleró en el 2020, y todo eso generó una serie de cosas que sin duda transformaron nuestra vida de manera que no volverá a ser la misma; todos los problemas que tenía dentro, sin resolver, comenzaron a salir y salir.

Como contexto, comencé a ir a terapia en noviembre de 2019, pero no fue suficiente para habitar mi cabeza y mi casa todos los días durante la cuarentena.

Y una de las cosas que me ha salvado durante toda mi vida, ha sido la música; escucharla, cantarla, bailarla, y otra de las cosas que me ha salvado, ha sido escribir todo lo que se manifiesta por mi mente y así comunicarlo de la manera más clara para mí y de pasada compartir pensamientos que surgen.

Durante la cuarentena del año pasado, no podía escribir, mis niveles de ansiedad subieron como nunca lo esperé; me despertaba todos los días llorando, pensando muchas cosas que no ayudaban, y me dediqué a cuidarme y a escucharme, fue ahí cuando decidí aprender algo que siempre había querido aprender: Bailar Hula Hoop. Si bien ya sabía mantenerlo en la cintura, comencé a practicar y a grabarme con mi celular, para ir viendo los cambios conforme pasaba el tiempo.

Foto: Karina Ruiz

A lo que quiero llegar es que el arte nos transforma, y para hablar de ello, quiero mencionar a dos mujeres (artistas) que quiero poner como ejemplo, que durante el año pasado y este año, me ayudaron a reconocer que lo que yo viví (y lo que estaba viviendo en medio de mi ansiedad durante la pandemia) era real y literalmente vi como retrataron una realidad que yo estaba atravesando, y cómo narraron la historia que yo revivía en mi cabeza de la misma manera; una de esas personas es una de mis actrices favoritas que se llama Michaela Coel, quien escribió una serie llamada “I May Destroy You” (de HBO), basada en su historia de violencia.

Ella, escribió, dirigió y protagonizó su propia historia, y la contó desde una perspectiva muy distinta y pocas veces vista. Una serie contada desde la mente y los ojos de una sobreviviente de violencia sexual, no una simulación, no alguien que pensó o se imaginó una violación, sino que la vivió en carne propia y la convirtió en arte puro y en un mensaje fuerte y claro. Ella validó esa sensación de desesperación en mí (que algunas personas llaman victimizarse), de ya no querer recordar esos momentos turbulentos y no poder evitar que eso suceda.

Ella le dio voz a todas aquellas personas que hemos vivido en una depresión ocasionada por la violencia sexual y psicológica, de la cual, parece por un momento es algo imposible de superar.

La segunda persona que quiero mencionar es obviamente a Lavinia Ekaterina, que con sus canciones es capaz de tocar muchísimos corazones y darnos voz para vencer las violencias que nos atraviesan.

Cuando me compartió DON’T, me di cuenta que sería complicado por como está compuesta la canción; con diálogos de una mujer que le está implorando a su pareja que ella no necesita en su vida nada de esa violencia que están ejerciendo sobre ella, pero de la cual, es tan complicado salir que muchas veces no imaginas un futuro sin esa persona.

Ellas me dijeron fuerte y claro, se pueden sanar las heridas con arte, que se puede hablar desde el dolor, pero también desde el amor. Yo lo único que tengo que decir es: Soy Mariana y soy sobreviviente de violencia sexual y psicológica y eso no me define como persona, me define la fortaleza y el valor que tuve para salir de ahí y ahora, les cuento desde afuera y bailando hula, que sí se puede salir, que todo dolor es temporal y que las redes de apoyo y amor existen y resisten todos los días.

Esto me lo agradezco a mí, a mis amigas, a mi pareja, a mi familia y a todas las personas que se han tomado el tiempo de escucharme, leerme y mandarme mensajes de aliento. Gracias.

Esto lo hago como un signo de amor propio y de autocuidado, porque también el autocuidado incluye querer espacios seguros y valientes.

Gracias Lavinia por contemplarme para este video, porque generaste un espacio para que pudiera transmutar mi historia en baile.

Muchas gracias.

Foto: Karina Ruiz

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Mariana Mariana

Norteña norteada, aquí desahogo lo que no puedo hablar en voz alta.